miércoles, 17 de julio de 2024

Necesito Tu Presencia a Mi Lado, Tu Confianza, Tu Perseverancia, Tu Dedicación, Tu Fervor Como Santa Verónica...

Mensaje de Nuestro Señor Jesús a la Hermana Beghe en Bélgica el 24 de junio de 2024

Mis amados, Mis queridos,

Os amo mucho, este Amor Me sostiene y Me sostendrá siempre. Este Amor es el de Dios Espíritu Santo, el que es Amor sin límites, el de Dios. El Amor es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, es tan grande, tan fuerte, tan exclusivo y al mismo tiempo tan amplio que incluye a toda la creación.

Os amo con este Amor sobreabundante, no puedo expresar con palabras humanas este exceso de Amor que Me lleva, que Me ha llevado a lo largo de Mi vida terrenal y que Me llevará eternamente. Fue Él quien Me dio la Fuerza, la virtud de la Fuerza divina para soportar lo que soporté por vosotros, y ni por un instante flaqueó este Amor. Los sumos sacerdotes Me odiaron, Me aborrecieron, Me crucificaron y Yo nunca dejé de amarlos para convertirlos y querer hacerlos santos en Mi compañía eterna. Ellos no querían eso mientras que Yo aspiraba plenamente a ello.

¿Qué era esta sinagoga? Estaba llena de sí misma, pensaba que llevaba en sí misma, que ella misma era la jurisdicción eterna, se complacía en sí misma hasta el punto de cometer lo irreparable: el asesinato cruel y vengativo de su Dios.

Así quería actuar Lucifer, quería ocupar el lugar del Creador, ser él mismo el creador, pero aunque quisiera, no podía. Entonces empezó a odiar a Dios. Entonces empezó a odiar a Dios, a envidiarle, a querer matarle, pero intervino San Miguel Arcángel y el Príncipe de los demonios se suicidó oponiéndose al Creador de toda vida. Lucifer se volvió contra sí mismo, perdió la Vida divina, sólo se ve a sí mismo y a todo lo que está por debajo de él. Del mismo modo que el tirano ciego sólo ve a los que le rodean a través de su propio prisma, para sí mismo y sin más amor que su propia satisfacción nauseabunda, así es Lucifer, pero de una manera diez veces mayor porque fue creado como ángel, es su naturaleza y aunque haya perdido todos los beneficios, sigue siendo un ángel.

Lo mismo ocurre con el hombre: creado para el Cielo, puede desviarse del camino que Dios le ha trazado, permaneciendo como hombre y, al mismo tiempo, pudiendo ser un lobo para su prójimo.

Queridos míos, no os dejéis llevar por este león rugiente que os odia mientras os atrae hacia sí, haciéndoos oscilar hacia el placer, la autoridad, la dominación, la vanagloria y todas las atracciones materiales que son infructuosas para vosotros. Por el contrario, dejaos atraer por el verdadero Bien, el del Amor divino que os espera en la Alegría, en la Embriaguez de la verdadera Gloria divina, en la Devoción y en la Plenitud. Esto lo conseguiréis mediante el ejercicio de las virtudes, no hay otro camino y el Espíritu Santo, el Amor divino, a través de Sus siete dones, os da las claves: temor [de desagradar a Dios], piedad, conocimiento, fortaleza, consejo, entendimiento y sabiduría.

Mis queridos hijos, habéis entrado en el tiempo de las turbulencias y cualquiera que conozca este peligroso fenómeno del vuelo sabe que la serenidad y la razón deben superar toda ansiedad para atravesar esta zona que no es bueno cruzar. Yo te guiaré para llevarte sano y salvo a tu destino, pero reza con sinceridad, regularidad y total confianza porque Dios lo ve todo, lo sabe todo, lo prevé todo y tiene Su plan, Su proyecto, Su programa para ti.

Yo llevo Mi Cruz y la tuya porque Mi Cruz tenía el peso de todas las tuyas y Yo las llevaba todas. Simón Cirineo vino a ayudarme: sed todos Simón Cirineo para Mí, ayudadme a llevarla y no olvidéis nunca que Yo llevo el mayor peso. Necesito vuestra presencia a Mi lado, vuestra confianza, vuestra perseverancia, vuestra entrega, vuestro fervor como Santa Verónica, que no tuvo miedo de enfrentarse a los soldados para traerme un poco de consuelo, de enfrentarse al espíritu humano, ¡de enfrentarse al qué dirán! Mira el maravilloso recuerdo que ella dejó mientras que otra, por falsa timidez, permaneció desconocida para Dios y para los hombres.

Que la paz esté contigo, que todo miedo, toda aprensión esté lejos de ti, Mi Amor te pone bajo Sus alas, Mi Amor te guiará y te conducirá a tu destino sea cual sea el camino. No tengáis miedo, no os preocupéis, sed sabios en la Sabiduría divina y Yo os reconoceré como Mis hijos, Mis hijos adoptivos, porque éste es Mi deseo, éste es Mi plan para vosotros.

Os bendigo, Mis Queridos, Mis Amados, permaneced Conmigo, no Me abandonéis.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

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